Un espacio para crecer con respeto

En La Casa Espiral creemos que la infancia es una etapa que merece ser vivida con calma, libertad y cuidado. Cada decisión dentro de la escuela nace desde una convicción: ofrecer un ambiente donde los niños y niñas aprendan a su propio ritmo, se sientan seguros y puedan desplegar todo su potencial.

Salones Montessori auténticos

Nuestros salones siguen los principios Montessori, con materiales diseñados para fomentar la curiosidad y el aprendizaje autónomo. Aquí, cada niño avanza según su propio proceso, explorando y desarrollando habilidades sin presiones externas.

Una comunidad cercana

En La Casa Espiral, la educación no se queda dentro de la sala. Las familias son parte activa de la comunidad: participan en actividades, comparten espacios y acompañan el desarrollo de sus hijos en conjunto con los docentes.

Más que clases: experiencias

El aprendizaje también se enriquece con talleres extracurriculares que invitan a descubrir nuevas pasiones y talentos. Desde música y arte, hasta movimiento y exploración, cada experiencia suma a una educación integral.

Docentes que guían, no que imponen

Los adultos en La Casa Espiral cumplen el rol de guías, no de instructores. Escuchan, acompañan y orientan, confiando en la capacidad natural de cada niño para aprender y relacionarse con el mundo.

Una propuesta educativa integral

Lo que nos hace únicos no es solo un método, sino la suma de todo: respeto por los niños, coherencia pedagógica, participación de las familias y un entorno que inspira. En La Casa Espiral buscamos que la escuela sea un lugar donde se aprende, pero también donde se vive con alegría y propósito.